Todos pensamos en imágenes: es cuestión de dejarlas salir
Todo lo que te rodea es susceptible de ser un pequeño universo en sí mismo. ¡Incluye versión en audio!
¿Alguna vez te has visto en la situación de compararte con alguien (y salir perdiendo) en términos de creatividad? Yo sí, muchas, muchas veces. En mi entorno habitual solía ser la creativa, la graciosa, la niña de la imaginación desbordante que promete mucho para su edad. Sin embargo, al entrar en la carrera de Comunicación Audiovisual y Periodismo, me di cuenta de que ni era especial, ni tenía más idea que la media sobre cómo crear. Y, más concretamente, sobre cómo crear con imágenes, ni estáticas, ni en movimiento. O, mejor dicho: cómo crear imágenes que contaran historias por sí solas.
Tardé años en descubrir que no era sólo una cuestión de cómo se escribía una imagen (en guion, quiero decir), sino también de cómo se vestía. Y así, un buen día me di cuenta de que lo que quería, lo que realmente había querido toda mi vida, era crear mundos. Volví a estudiar: esta vez, Dirección de Arte. Sólo tenía que aprender.
Y me he propuesto enseñarte en esta sección. No necesitas una cámara profesional, con la de tu teléfono, te sirve.

Creando mundos: de la chispa a la idea final
Llena tu taza.
O, como dicen en inglés, fill your cup. Que nutras a tu artista interior, vaya. ¿Alguna vez has visto una película y, automáticamente, has empezado a tener ideas sobre cosas que podían pasar en ese universo? Ese es tu artista interior diciéndote: “oye, ¡que tengo cositas que contar!”. Este es un concepto que, si bien todos hemos experimentado alguna vez por el hecho de ser humanos, se define en El Camino del Artista, de Julia Cameron. Tu misión es cuidar a tu artista interior y así es como conseguirás que, a cambio, éste nutra tu mente de ideas. Películas, series, ficción escrita, exposiciones, un paseo por el campo, visitar una zona de tu ciudad que no conoces, o un anticuario, o un local de juegos de mesa… Lo que sea, mientras sientas ese efecto de “expansión” de tu mente. Cameron suele hablar de “citas con el artista” y estoy segura de que aquí, en Substack, la gran mayoría las conocemos. Te propongo algo: ¿y si tienes una cita contigo mism@ esta semana? Déjala reposar un poco y… que suceda la magia. Y luego vienes y nos cuentas 😉
Piensa en tus referentes.
¿Cuáles son los artistas que más te han influido hasta ahora? De hecho, ni siquiera tienen que ser artistas. Podemos estar hablando de un familiar, una vecina, un profesor que tuviste hace años. Pararse a pensar en quiénes nos han influido a lo largo de nuestra vida creativa es un ejercicio entretenido y muy satisfactorio para el ego: una vez que empiezas a darle vueltas, no paras. Tu imaginario es una obra de arte fruto de la mezcla de los de toda la gente que te encanta. Si tú fueras un personaje, resultado de una autoría colectiva a nivel estilístico, ¿quiénes serían los autores?
Este es un tema que me fascina, y probablemente se me notó mucho en el post sobre las cinco mujeres de ficción que moldearon mi personalidad. ¿Podemos equiparar a Punky Brewster con David Lynch? Sí, podemos. Porque la una es un personaje y el otro, un creador, y ambos han podido dejar huella en cómo percibes la estética, por ejemplo. No sé si me explico… ¿me explico? Espero que sí. Confírmame. Porfi. Por cierto, el otro día leí este post de de ejercicios inspirados en la obra de David Lynch ❤
Recopila datos.
Datos estilísticos, quiero decir. Si tus referentes (o fuentes de inspiración, más bien) son Lynch, la diseñadora Marimekko, Rosalía y la serie Stranger Things como obra completa, digamos… ¿qué es lo que te llama la atención de cada uno? ¿Cuál es el denominador común? En mi caso, suele ser el tratamiento del color. Si tuviera que encontrar el denominador común entre esos cuatro ejemplos, creo que sería ese, y más concretamente, el tratamiento del color rojo. O el uso (si lo hay) de las flores en su narrativa.
Ok, ya tenemos el color rojo. ¿Y ahora, qué? ¡Lista de ideas!
¿Qué asocias con este color, y qué viene de tus referentes? Telón de terciopelo, carmín, rosas, claveles, tarta de cereza, un traje de sevillana, el teléfono góndola de la habitación de mi abuela, un corazón, sangre, la píldora de Matrix… ¿Qué puedes hacer con todo lo que se te ocurre a partir de un color? Estoy segura de que, ahora mismo, estás pensando en imágenes.
Foto de Roksolana Zasiadko en Unsplash Copia (no muy) vilmente.
Estamos en un momento en el que copiar está tan mal visto como siempre, pero, a la vez, es bastante difícil escapar de ello. Me explico: las redes y las plataformas han hecho que todo tipo de ideas se conviertan en auténticas corrientes estéticas. Esto puede dar como resultado que toda una generación se vista igual (últimamente, por algún motivo que desconozco, los adolescentes van como uniformados con la ropa más básica de la historia…) o que la mitad de Instagram esté haciendo exactamente la misma foto planificada en su casa. Las pocas veces que he entrado en las últimas semanas he visto una y otra vez cómo hacer una sesión de fotos con flores flotantes. Sólo es coger flores de tela, unirlas mediante trozos largos de sedal y pegar estos al techo para que las flores cuelguen. Hace años que lo vi por primera vez, siempre había querido recrearlo y (tal vez porque tenga un problema, leemos pero no juzgamos) tengo muchas, muchas flores artificiales con las que podría hacerlo. Pero sería una foto más en el mar de flores colgantes de Instagram. ¿Dónde queda la historia que quiero contar? ¿Tengo realmente una historia que contar, o sólo estoy imitando una tendencia? Si a nivel “propuesta de decorado”, por así decirlo, me gusta la idea, querré hacer mi propia versión. Mejor dicho: una idea que se ha vuelto popular despierta una nueva idea, que contará una nueva historia, en nuestra mente. También pasa con ideas que no son populares, que simplemente han hecho “pop” en nuestra cabecita,
lo explica muy bien en su post Cómo Inventar una Historia. Y ahí reside la magia, ahí es donde copiar deja de ser copiar. Tomas los elementos clave de aquello que te gusta y lo utilizas para contar algo a tu manera. Sí, estoy preparando esas fotos, las estoy dejando macerar en mi mente… pero puede que cuando llegue a terminarlas, ya no estén de moda. Qué pena, ¿no?¡Dispara!
Una vez que tengas claro qué elementos te vienen bien para contar lo que quieres contar, sólo es cuestión de colocarlos y… disparar. Grosso modo, al menos. Requiere técnica, práctica, y, sobre todo, que entrenemos el ojo. ¡Pero por algún sitio hay que empezar!
Recuerda que se trata de saber qué quieres contar. Y, si no lo sabes, serán tus medios o la estética que te agrade los que definirán qué es eso que quieres contar (es una forma más complicada de llegar al concepto, pero igualmente válida: la estética puede despertar en ti alguna emoción que será el germen del concepto
para desarrollar tu imagen).
Bueno, ahora, ¡es tu turno! Partiendo del ejercicio del binomio fantástico que te comenté el otro día, ¿qué historia, para fotografiar, se te ocurre con las palabras… cuaderno y pilar? ¿Qué podrían contar tus artistas favoritos a partir de estos elementos, o cómo lo contarían? No necesariamente tienen que aparecer ambos en tu imagen final. Puedes, simplemente, bocetar tu idea o ponerla por escrito. Palabras escogidas por mi amiga
💖Mi misión en esta sección es desgranar el funcionamiento del flujo creativo para la creación de imágenes y ponerlo a tu servicio.
Ya usarás las ideas que tengas, si quieres. Pero, porfi, cuéntame qué te parece esta nueva sección en comentarios y dime si vas a poner en práctica el ejercicio. Por supuesto, si lo haces, ¡me encantará ver el resultado!
Por cierto: se me ha ocurrido que voy a dejar por aquí un pequeño resumen de cositas que te voy a contar próximamente, sin un orden en particular:
Ambientación para tus imágenes
Cómo usar el color a tu favor
Sacar partido a la geometría
Por qué una foto “funciona” y otra no (utilizando mi propio trabajo)
Vestuario: una herramienta más, fácil, rápido y para toda la familia
Whaaaaaaaat. Hoy, HOY he apuntado el libro de El camino del artista en mi lista de pendientes. What's going onnnn jajajajaja
Me encanta el formato audio, pero también me da miedito empezar a limpiar escuchándolo y que digas "puedes limpiar por ejemplo" '_'
Cuaderno y pilar, ya te lo había dicho yo!! JAJAJA
Me uno al ejercicio y quiero más de esta sección y más de audios. Siento la dispersión. Es tarde y no doy más de mí jajaja 🤍
Voy por la semana 3 del camino del artista, es la segunda vez que lo hago porque la primera llegue hasta la 3 precisamente, así que ya me he superado! Me cuesta LA VIDA lo de la cita con el artista. Eso de dedicarme tiempo a solas me dispara todas las “alarmas mierder”. Me encanta el texto, muy trabajado además, gracias!