Reescribe tu historia: cómo llevar un diario puede cambiar tu vida
Y, quien dice un diario, dice veinte.
Si eres de las generaciones que aprendió todo a base de papel y lápiz, probablemente todavía encuentres algo de paz en escribir a mano. Si eres de las que creció con Internet, probablemente no sea algo que te llame mucho la atención. Pero me he propuesto convencerte de que escribir a mano merece la pena, y mucho. Hoy, en Orquídeas en la Ventana, hablamos de por qué todo el mundo debería tener un diario personal (al menos). Quédate hasta el final del artículo para ver un par de bonus tracks 😉 y una encuesta para saber qué opinas de este tipo de temas, porque a pesar de que esta entrada me hacía mucha ilusión, llevo días dándole vueltas porque ¿a quién le va a importar si escribo a mano o no?
No recuerdo un momento de mi vida en el que escribir, y, particularmente, escribir a mano, no fuera un alivio. Esa sensación mágica, como comenté en el directo con
hace unos días, de que las palabras fluyan directamente desde tu mente hasta las yemas de tus dedos, es tan terapéutica que me la han recomendado varios psicólogos que me han tratado en diferentes momentos. Pero yo ya llevaba los deberes hechos 🙃Si bien mi primera referencia cuando pienso en autores que escriben a mano es Julia Cameron, que recomienda hacer tres páginas de escritura automática cada mañana al despertar, buscando información he encontrado muchos más autores contemporáneos que escriben o escribían su material a mano, antes de pasarlo a ordenador o a máquina de escribir: Toni Morrison, Graham Greene, Pablo Neruda, Kazuo Ishiguro, J.K. Rowling, Joyce Carol Oates, Truman Capote, Margaret Atwood…
Beneficios de escribir a mano en tu diario
Hace tiempo que retomé el hábito adolescente de escribir en un diario, no lo hago todos los días, aunque sí que he percibido los beneficios en las épocas en las que lo he hecho. Por nombrar unos pocos, de los que más disfruto:
Me obliga a pensar más las oraciones. Cuando escribo en mis diarios intento evitar tachar, lo que se traduce en una escritura bastante pulida. En ocasiones me doy cuenta de que estoy dando un rodeo o que podría haber dicho algo de otra manera, pero el no poder tachar me hace replantearme lo que estoy escribiendo para que tenga sentido si lo había perdido con una oración demasiado larga, como esta.
Es una meditación inconsciente: de algún modo, escribir a mano me lleva a entrar en una especie de trance en el que sólo existimos mi mente, con un chorro de pensamientos hilados, y mis manos.
Me aporta claridad mental y alivio inmediato cuando estoy en momentos difíciles.
Suele despertar asociaciones mentales que no había tenido previamente, normalmente conceptos en forma de imágenes.
Es privado. Sí, eso es: privado. ¿Hace cuánto que todo lo que escribimos en un dispositivo electrónico ya no es privado? Incluso si se trata de notas que no están conectadas con ninguna aplicación: tu teléfono sigue teniendo acceso a Internet. Puede parecer privado, pero no es comparable al sentimiento de que lo que dejas en el papel, se queda en el papel.
Es muy útil para hacer revisiones del pasado. Como persona neurodivergente (con una memoria increíble para algunas cosas y ridícula para otras) que ha atravesado largos periodos de depresión y ansiedad, muchas veces me ha venido genial poder leer no sólo mi descripción de una situación en el momento de vivirla, sino también, cómo me sentía en ese momento. Puedo establecer paralelismos con situaciones del presente y darme cuenta de si estoy avanzando o tropezando con la misma piedra. También me ha servido para contar cosas concretas en terapia que no recordaba con la misma claridad que cuando las escribí.
Es una increíble herramienta de autoconocimiento y expresión. Estáis tú y el papel, que no te juzga, no puede criticar nada de lo que piensas ni dices, sólo cuenta lo que tú sientes y padeces. Y, cuando acabas, de repente dispones de espacio mental con el que ya no contabas. Como cuando vacías un cajón olvidado de tu armario.
¿Cuántos tipos de diario hay?
No hay una respuesta concreta. ¡Uno por cada persona y uno por cada momento vital! Yo tengo muchos, pero “en activo”, que esté utilizando con regularidad, los que os muestro en esta galería (uuuh, mi primera galería aquí en Substack):









Fotos 1 y 2: Mi agenda de 2025, la agenda Life de Mooving. La cuento como diario porque suelo apuntar, además de las tareas y citas, cosas que me han pasado o he hecho ese día, reflexiones e ideas rápidas. Me encanta porque la portada en sí es una declaración de intenciones para este año y cuando la veo en mi escritorio se me pasa toda la pereza que tuviera. Y, lo mejor, todos los detalles y las pegatinas son en foil rojo ❤️De hecho estoy manteniendo sin ningún esfuerzo una paleta de color en los bolígrafos que utilizo en esta agenda 😍
Foto 3: Diario de escritura automática, de Pepco. Aquí hago las páginas matutinas de Julia Cameron (por épocas), pero, sobre todo, es mi diario para desahogarme. El pobre está acostumbrado tanto a oírme reír como a mojarse con mis lágrimas.
Fotos 4 y 5: “Think, write, create, enjoy”. Vi este cuaderno de ArtBene hace unos años en Fnac y no pude resistirme. Es mi “cuaderno de las cosas bonitas”, sólo escribo aspiraciones, sueños, palabras concretas de personas de mi entorno… últimamente, también estoy dibujando bastante en él, haciendo vision boards, poniendo pegatinas… se está convirtiendo en un diario mucho más creativo. Ahí está la magia 😍 ¡Y tiene el filo de las páginas dorado!
Foto 6: “Dream, inspire, create”, de Alehop. Este es un diario de bocetos. Aquí dibujo ideas para fotos y hago listas de materiales que necesitaré para crearlas, desde el tipo de lente hasta el maquillaje. Lo mejor de tener un diario así es que me ayuda mucho a sintetizar conceptos. Mis dibujos son muy simples, sin ninguna proporción real ni pretensiones, pero anclan la idea al papel y así puedo despreocuparme. Normalmente me pongo a dibujar cuanto acumulo varias y es imposible que no se me ocurran más ideas mientras las dibujo: el estado de flujo es real, necesario, placentero y gratificante.
Foto 7: Notes, de Target. Este es para todo lo relacionado con escribir ficción, incluyendo ejercicios de cursos, apuntes de vídeos sobre escritura, descripciones de personajes…
Foto 8: “Just a notebook”, de Tiger. Este lo empecé (y abandoné) hace unos meses, cuando volví a retomar El Camino del Artista. Una vez más, me veo atascada a mitad del libro, aunque ya me lo he leído. Es para los ejercicios que propone la autora, que son muchos, muchos, y bastante largos, pero que animan a la introspección y, por supuesto, avivan la creatividad.
Foto 9: El de flores, de Pepco. Sin estrenar, ¡porque me parece tan bonito que no sé para qué usarlo! ¿A vosotros también os pasa? ¿Estoy bien de la cabeza o es algo raro? Se me ha ocurrido varias veces para qué podía usarlo y, tal cual, lo olvido. Así que ahí está, aburrido. Me pide color y más flores: tal vez se convierta en un diario de dibujo botánico 🌷
Bonus track: Today with intention
¡Uno de mis favoritos! Lo compré junto con el de Notes en un viaje a Nueva York, quería conocer las tiendas Target y no podía irme de allí sin algo de papelería. Se trata de un diario de gratitud e intención, por algún motivo no localizo la foto que le hice pero la he bajado de la web. Se rellena por la noche, a diferencia de otros diarios de gratitud que se rellenan también por la mañana (y que suelo olvidar, porque recién levantada no estoy para esto, y cuando lo estoy, lo documento como en la foto principal). Tiene prompts como “¿Qué he hecho para cuidarme hoy?”, “¿Que ha hecho que sienta gratitud?” y, lo mejor: tiene una página dedicada al día siguiente para establecer intenciones y cómo ejecutarlas. No lo hago todas las noches, pero lo noto muchísimo cuando la noche anterior me he tomado mi tiempo para rellenarlo, como si partiera de una base mucho más estable.
Y esto es todo, por ahora. Bueno, en realidad viene un Bonus Track 2 y una encuestita al final: en las últimas semanas he tenido situaciones un poco complicadas y he tenido que frenar un poquito, pero el mantra de
y en revoloteaba en mi mente y tuve que dejarlo salir de alguna forma:Cuéntame en comentarios si tú también escribes a mano regularmente, si tienes diarios, si te lo planteas… ¡me encantaría saberlo! Y ahora sí: nos leemos próximamente 😉
Elena
Aquí me tienes, salivando frente a la pantalla del móvil… Ahora necesito TODO lo que sale en esas fotos. Por cierto, me está pasando lo mismo con el libro de Cameron, segunda vez y atascada. Es que son muchos ejercicios, dispersos por las páginas y es difícil saber qué tienes que hacer exactamente cada semana. El caso es que me sirve, quisiera terminarlo!
Qué maravilla, un auténtico universo de escribir a mano. Yo lo he ido perdiendo con los años, siempre llevo una libreta y mi agenda en papel, pero eso de pasar horas escribiéndome en un cuaderno quedó en mi infancia, aunque mi obsesión por las papelerías sigue viva jajaja
Me has dado ganas de recuperarlo 🤍 Mil gracias